HORUS
El dios Horus es uno de los dioses más antiguos e importantes del panteón y precisamente uno de los que más manifestaciones tiene.
Su culto pudo haber nacido en la época Tinita.
Fue entonces cuando los egipcios advirtieron la existencia de un ave de vuelo lejano y majestuoso (el halcón peregrino) que surcaba el cielo e interpretaron que se trataba de un dios.
Se representa como un hombre con cabeza de halcón, con o sin la doble corona de los dos Egiptos; también sólo como un halcón; como el bebé que amamanta Isis; como un niño con la doble corona; como un Sol que tiene a cada lado la úreus y las alas desplegadas de un halcón.
Naturaleza: forma parte de la tríada sagrada.
Como vengador y, por así decirlo, "resucitador" de su padre (Osiris), Horus es el símbolo de la resurrección para todos los hombres: el Hombre Interior que batalla contra sus propias sombras tenebrosas.
Es, en cierto modo, el Sol visible e inteligente que con su luz despeja todas las sombras; a veces lleva un báculo de Anubis para poder andar entre las tinieblas; o bien un bastón o cetro de poder, símbolo de mando y de arma contra las fieras físicas o psicológicas.
Como deidad solar de influencia terrestre, protege el esfuerzo de la Humanidad en marcha; cuando aparece con figura de barquero simboliza una de las formas de "navegar" por el mundo con habilidad para sortear los peligros (simbolizados éstos por un cocodrilo al que puede matar con su lanza); se ayuda también con la cruz cansada o Llave de la Vida Eterna , o bien con el llamado "martillo de Horus", que resucita a los muertos y llama a los dormidos.
Horus es "el que gobierna con los ojos"; es quien se traba en lucha con tu tío Seth por el imperio del mundo y para vengar la muerte de Osiris, su padre.
Por eso simboliza al Sol Naciente en su doble carácter de vencedor de las tinieblas y de elemento renovador de la vida. Se le rendía culto (muy extendido) en Abidos.
Estudiar la personalidad de Horus, es una tarea delicada ya que debemos distinguir entre las muchas formas de este dios.
Analizar la diversificación, historia y desarrollo existente entre los numerosos Horus, requiere remontarnos a períodos muy tempranos. Hemos de ser conscientes de que en muchas ocasiones nos encontramos ante distintos relatos que a veces pueden parecer excluyentes y contradictorios.
Todos ellos en su mayoría son fruto de leyendas nacidas en distintos puntos geográficos, leyendas que finalmente tienden a unirse en una sola figura divina, aunque manteniendo su contenido. Solamente logramos distinguir alguna diferenciación si prestamos atención al aspecto concreto de la deidad que se presente en la narración. Precisamente esta multiplicidad provoca que, además de aparecer con el rol tradicional de vástago de la pareja formada por Isis y Osirsis, pueda mostrarse también como hijo o esposo de otras divinidades.
Esto ocurre por ejemplo en el templo de Dendera, donde Hathor y Horus de Edfú conciben a Harsomtus (una forma del dios cuyo nombre se traduce como "Horus Unificador de las Dos Tierras")