AMULETOS EGIPCIOS
La civilización egipcia nos ha dejado tres amuletos que todavía hoy se usan para rituales esotéricos: la cruz ansada, también llamada egipcia, el ojo de Udjat y el escarabajo.
Vamos a prestar hoy atención a la primera de ellos.
La cruz ansada debe su nombre a que, pese a ser similar a la cristiana, tiene forma de asa ovalada en la parte superior.
A lo largo de los siglos se la ha considerado como un elemento de vida, en buena parte gracias a que era la cruz que llevaba la diosa egipcia Isis, y ésta fue la encargada de resucitar a su marido y hermano.
Si miramos algunas obras de arte que reflejan los dioses egipcios es habitual verles con la cruz ansada en sus manos y acercándola a la nariz de alguien para insuflarle vida.
Pero la vida que simboliza la cruz ansada no es la ‘instantánea’.
De hecho la cruz ansada era la que se ponía en la mente de los faraones para que el concepto de eternidad dominara su mandato por encima de cualquier cosa que pudiera suceder.
Por eso este amuleto de origen egipcio se usa en buena parte para favorecer la longevidad y la sabiduría, resultado de haber vivido mucho.
También proporciona a la persona que la lleva la suficiente energía vital para enfrentarse a las fuerzas negativas y enfermedades que le puedan atacar.