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jueves, 31 de mayo de 2012
martes, 15 de mayo de 2012
ISIS Y OSIRIS...
Isis y Osiris
La historia de Isis y Osiris es la leyenda más importante de toda la mitología egipcia, por lo que ha estado abierta siempre a diversas interpretaciones. No existe una reconstrucción exacta de toda la leyenda, salvo el "Tratado de Isis y Osiris" de Plutarco, relato helenizado de la tradición popular.
El relato que se ofrece a continuación se basa en la obra de Plutarco y los textos de Diodoro de Sicilia fundamentalmente. Los nombres entre paréntesis son los que aparecen en la obra de Plutarco, identificados con los dioses griegos.
Introducción al mito
Cuando Ra todavía gobernaba el Mundo, fue advertido de que su hija Nut (Rea), diosa de los espacios celestes, tenía comercio secreto con Geb (Cronos), dios de la Tierra , y que si en algún momento diese a luz un niño, este gobernaría la humanidad, por lo que Ra maldijo a Nut de manera que nunca podría tener un hijo en ningún día y ninguna noche del año ("Asi nunca Nut pueda dar a luz niño alguno ni en el transcurso del mes ni en el transcurso del año").
Nut pidió consejo al gran Thot (Hermes), dios de la sabiduría, quien por cierto estaba enamorado de la diosa, de la que también había obtenido favores en su momento. Este, por medio de su sabiduría, encontró la forma de evitar la maldición. Thot acudió a Jonsu, dios lunar, cuyo brillo era entonces casi como el del Sol y lo desafió a un juego de mesa, en el que Jonsu apostaba su propia luz.
Ambos jugaron y la suerte siempre estaba de parte de Thot, hasta que Jonsu fue derrotado. La apuesta consistía en 1/72 parte de la luminosidad diaria de la Luna , y desde entonces Jonsu no ha tenido suficiente fuerza para brillar a lo largo del mes, por eso mengua y se recupera. Con esta luz Thotcreo 5 nuevos días, conocidos como epagómenos, en el calendario que hasta entonces constaba de 12 meses de 30 días cada uno y los añadió justo al final del año, de manera que no pertenecían ni al año viejo ni al nuevo.
Así Nut pudo tener a sus 5 hijos, y al mismo tiempo se cumplió la maldición de Ra. Primero nació Osiris, y su nacimiento fue anunciado como el de un dios bondadoso y benefactor del pueblo (" El gran señor de todas las cosas ha aparecido bañado por la luz").
El segundo fue reservado para el nacimiento de Horus (Apolo), hijo de Osiris e Isis, el tercero para Seth (Tifón) , quien no nació ni en el tiempo que le correspondía ni por el camino adecuado, sino rasgando el costado de su madre Nut. El cuarto día nació Isis entre las marismas, y el último Neftis (Afrodita, Teleuté y Victoria).
Osiris, el primogénito, era el heredero del reino y representaba el lado bueno, la regeneración y la fertilidad de la tierra, mientras que Seth representaba la aridez, el lado oscuro y las zonas desérticas. Con el tiempo Osiris se casó con su hermana Isis, a quien amaba desde el vientre de su madre.
Seth se casó con Neftis, pues al ser un dios sólo una diosa podía ser su esposa. Isis, la más inteligente de los 4 hermanos, obtuvo con destreza el nombre secreto de Ra, el nombre que le otorgaba poder y grandeza y con el tiempo Osiris se convirtió en el Rey de Egipto.
En aquellos tiempos la humanidad vivía en estado salvaje, practicando el canibalismo, y fue Osiris quien enseñó a su pueblo a cultivar los campos, aprovechando las inundaciones anuales del Nilo, y cómo segar y recoger la cosecha para alimentarse.
También les enseñó como sembrar vides y obtener vino (de ahí la asociación griega con Dionisio) y la forma de fabricar cerveza a partir del cultivo de cebada.
Pero no sólo enseñó al pueblo cómo alimentarse y cultivar sino que le dio leyes con las que regirse en paz, la música y la alegría y les instruyó en el respeto a los dioses.
EL MITO DE OSIRIS...
La historia de Osiris es uno de los más antiguos mitos egipcios, cuyos orígenes se pierden en el tiempo.
Era uno de los dioses más importantes de la mitología egipcia, pues Osiris fue el Rey de Egipto que en su resurrección representó el “Rey de la Muerte ”.
A él, todos los egipcios esperaban reunirse después de su muerte.
Cuenta le leyenda que Nut (Diosa del Cielo), hija del Dios Ra, el Dios Sol, se enamoró perdidamente del dios Geb (Dios de la Tierra ).
Cuando Ra se enteró de esta relación, en medio de su furia, prohibió a Nut que en el término de un año de 360 días, tuviera hijos. Nut llamó a su amigo Thoth, para solicitarle ayuda.
El deseo de Ra debía cumplirse, pero Thoth tuvo una idea: se casó con la diosa de la Luna , Selene. La luz de Selene fue rival de la luz de Ra. Thoth se sintió triunfante y fue recompensado con la séptima luz de Selene.
Esa es la razón por la cual la luna desaparece todos los meses. Thoth tomó su luz y agregó cinco días más al año calendario, haciendo que el año tuviera 365 días.
Así, Nut tuvo cinco días para concebir, sin desobedecer la orden de Ra.
Nut tuvo así dos hijos y dos hijas: parió a Osiris (Rey de los muertos y de las fuentes de vida renovadas); a Seth, a Isis (Diosa de la Fertilidad y la Maternidad ), y a Neftis.
Cuando Osiris nació, una voz exclamó: “El Rey de todos ha nacido”.
Osiris creció y se convirtió en un gran rey, colaboró con su pueblo, los adiestró en los trabajos agrícolas y en la crianza de los animales, los guió para realizar los códigos de las Leyes, y les enseñó a orar a sus dioses.
Osiris realizó un gran reinado, convirtió a Egipto en una gran Nación. Y el pueblo comenzó a adorar la tierra en donde él pisaba.
Su esposa y hermana Isis siguió los pasos de su esposo en el reinado.
Osiris tenía un gran enemigo, su hermano Seth, envidioso y amargado, quien complotaba contra el rey Osiris.
Un día, Seth logró aliarse con Aso, la reina de Etiopía, y 72 conspiradores.
Consiguió las medidas exactas de Osiris y construyó una caja muy bien ornamentada. Realizó un gran banquete al que invitó a Osiris y a los conspiradores. Realizó un convite para ver quién cabía perfectamente en dicha caja. Cuando llegó el turno a Osiris, al entrar cómodamente, le cerraron la caja, con clavos y la arrojaron al río Nilo. (Otras leyendas dicen que lo cortó en pequeños pedazos).
Desde ese día, no se lo volvió a ver al rey Osiris entre los vivos.
Isis hizo embalsamar el cuerpo de su esposo con la ayuda del dios Anubis, quien se convirtió así en el dios del embalsamamiento. Los ruegos y hechizos de Isis resucitaron a Osiris, quien llegó a ser rey de la tierra de los muertos.
Horus, hijo de Osiris (transitoriamente resucitado) e Isis, derrotó posteriormente al traidor Set en una gran batalla erigiéndose en el rey de la tierra.
viernes, 4 de mayo de 2012
miércoles, 2 de mayo de 2012
EL GATO EN EL ANTIGUO EGIPTO...
EL GATO EN EL ANTIGUO EGIPTO
Según tenemos constancia, el culto al gato aparece en el Antiguo Egipto
alrededor del 2.900 a .C.
como una deidad local en el Delta del Nilo. Así, la diosa gata Bastet defendió
al dios sol Ra contra los ataques de la serpiente Apofis, una de las
deidades mas representativas del mal. Hija y esposa del propio Ra según algunas
mitologías, Bastet era amén de protectora de la familia y patrona del hogar,
una diosa de la felicidad, el placer, la alegría, la feminidad, la música, y la
danza. De hecho la consideración de este animal fue siempre tan alta, que en el
capítulo XVII del Libro de los Muertos se pone en boca de Ra las siguientes
palabras: "Yo soy el gato cerca del cual se abrió el árbol Iched (un árbol
al que se identifica con la persea o la balanita) en Heliópolis la noche en que
fueron destrozados los enemigos del Señor del Universo".
Aunque su importancia fue siempre notablemente destacada, durante la dinastía
XXII (formada por un conjunto de reyes de origen libio) se adoptó a Bastet como
divinidad principal, motivo por el que es conocida como Dinastía Bubastita, al
haber convertido en capital del país a Bubastis, (nombre cuyo significado es
"Mansión de la diosa Bastet"). Fue en esa época cuando se trató de
fusionar su culto con el de la diosa leona Sejmet, un hecho que ni el clero ni
el pueblo permitió negándose a aceptar una unión de diosas tan opuestas, ya que
mientras la primera simbolizaba el amor y la alegría, la segunda era una diosa
de la guerra y la destrucción de enemigos.
Para el desarrollo del culto a Bastet los sacerdotes solían escoger un gato con
unas características muy especiales el cual era adorado y venerado como si de
la encarnación de la diosa se tratara. Asimismo -y a nivel popular- en ciertas
fechas solían celebrarse unas procesiones al anochecer durante las cuales una
imagen de la deidad era transportada en barcas ricamente adornadas con
guirnaldas de flores y alumbradas por antorchas, al tiempo que se cantaban todo
tipo de alabanzas en su honor. Cuando se llegaba a tierra firme se celebraban
unas fiestas orgiásticas que duraban hasta el amanecer.
Los antiguos egipcios nunca dieron al gato un nombre especialmente
significativo, sino que prefirieron llamarlo por su onomatopeya: Miw. Respecto
al trato corriente que daban a estos animales cabe decir que era tan especial
que cuando uno de ellos caía enfermo recibía tantos cuidados y atenciones como
los que se daban a los niños, y si a pesar de ello moría, toda la familia se
vestía de luto hasta el punto de que en algunos casos se afeitaban incluso las
cejas en señal de duelo. A continuación el dueño del felino envolvía el cadáver
en un paño de lino, llevándolo sin demora a "La Casa de la Purificación "
para que fuese momificado, proceso que llegaba a durar hasta 40 días, y con el
que eran tan meticulosos cual si se tratara de un ser humano. Tras lo anterior
las familias ricas colocaban sobre la cabeza de la momia una máscara de bronce,
(representando al animal fallecido), y lo introducían en un ataúd o sarcófago
que podía estar confeccionado con materiales que iban desde la palma o el
papiro hasta la piedra caliza. Por último lo conducían al cementerio seguido
por un largo cortejo de parientes y amigos de la familia, quienes manifestando
su profunda tristeza lloraban desconsoladamente al tiempo que con gesto
desesperado desgarraban sus vestiduras, dándose incluso el caso de que quienes
gozaban de un nivel económico suficientemente solvente llegaban a contratar
plañideras profesionales que como muestra de dolor echaban tierra sobre sus
cabellos y arremangaban sus túnicas dejando el pecho al aire.
Como es lógico y natural el cementerio de gatos más grande de todo Egipto
estaba precisamente en Bubastis, un lugar al que acudían gentes de todo el país
para dar sepultura a sus queridos felinos. Sin embargo este intenso tráfico de
personas hizo que la picaresca decidiera sacar partido de tan excelente
oportunidad de hacer negocio, lo que llevó a que algunos comerciantes carentes
de todo escrúpulo se dedicasen a criar gatos en granjas especiales, gatos que
llegado el momento y en función de la demanda eran "piadosamente sacrificados
retorciéndoles el cuello". Tras ser momificados, sus restos eran vendidos
a los peregrinos para que los llevasen como ofrenda al santuario de la diosa
Bastet. De hecho, por medio de estudios radiológicos llevados a cabo hace
algunos años se ha podido comprobar mediante el análisis realizado a cierto
número de momias de gatos que aproximadamente el 90 por ciento habían muerto
entre los cuatro y los diez meses de edad, por lo que considerando que la
duración normal de la vida de estos animales puede estar en torno a los 12 o 14
años, resulta evidente que en una proporción más que elevada debieron morir por
causas "poco o nada naturales".
Paradójicamente, a pesar de lo anterior las leyes sin embargo prohibían
expresamente tanto el perseguir como el matar a los gatos, a tal punto que si
alguien era responsable de la muerte de uno de ellos corría el peligro de
llegar a ser condenado nada menos que a la pena capital.
Como último dato curioso diremos que en 1.859 fue descubierto en Beni Hassan
(desgraciadamente por un grupo de ignorantes desaprensivos) un cementerio con
300.000 gatos momificados, quienes tras llevarse las momias a Alejandría, las
machacaron a conciencia, vendiendo con posterioridad el polvo resultante como
abono a Inglaterra. De esta forma más de 20 toneladas de momias de gatos
perfectamente conservadas durante siglos fueron adquiridas por campesinos
ingleses al precio de 4
libras la tonelada.
SESHAT "SEÑORA DE LOS LIBROS"...
SESHAT
Representación: Mujer con una estrella de 5 ó 7 puntas rematada por un
arco.
"Señora de los libros", diosa de la
escritura y la historia; medidora del tiempo; fundadora de templos y protectora
de sus bibliotecas.
Asociada a los arquitectos, era llamada
"Señora de los constructores" y aconsejaba al monarca en la fundación
de los templos.
En la II Dinastía se la ve con el faraón midiendo las
dimensiones de un nuevo templo.
Fue una diosa de la realeza; para garantizar la
inmortalidad del rey, grabó su nombre en las hojas del Arbol de la Vida , que crece cerca de
donde ella habita.
Como contable del tiempo, escribe los años del
reinado del faraón en las hojas de una persea; también anotaba el número de
cautivos o cualquier botín tomado durante las campañas del rey.
Compañera de Thot iba ataviada con una
piel de leopardo y un emblema en la cabeza consistente en una estrella de cinco
o siete puntas rematada por un arco o un creciente (o dos cuernos vueltos hacia
abajo) y dos plumas.
En las manos lleva una caña de escribir y una
paleta de escriba.
Es considerada una forma de Isis y
también de Neftis, como reconstructoras del cuerpo de Osiris.
Fue adorada en Hermópolis Magna.
Era además señora del calendario y de
la astronomía y al igual que su compañero Thot poseía grandes poderes
mágicos como "Señora de la casa de los Rollos".
MAAT... LA DIOSA EGIPCIA DE LA VERDAD
Maat es la
Diosa egipcia de la verdad y de la justicia; doblemente alada
hija de Ra.
Maat es el principio divino del equilibrio cósmico,
que mantiene ajustadas las causas a los efectos. A modo de Diosa, es
representada como una mujer que lleva sobre su cabeza el símbolo de la
justicia: una pluma de avestruz en posición vertical.
Maat representa a la ley cósmica de la justicia
divina, la ley del karma o ley de causa y efecto. En sabiduría oculta se habla
de un templo especial para esta ley, conocido como el templo de Maat, donde se
juzgan todos los actos humanos en una balanza: en el platillo de la derecha se
colocan las buenas obras, representadas por un corazón, mientras que en el
platillo de la izquierda se pesan las malas obras, simbolizadas por la pluma
vertical de la Diosa Maat.
En el libro de los muertos está escrito:
"Que mi alma no sea subyugada ni arrastrada
cautiva por los demonios ¡Que me sea permitido volver la cara ante el cadalso
de Sepdú! Sed alabados. ¡Oh vosotros, espíritus planetarios de la constelación
de la cadera!”.
Se requiere conciencia despierta para presenciar el
juicio del alma al momento de morir y estar concientes en el cadalso de la ley
del karma; la constelación de libra, simbolizada por una balanza, rige la
justicia cósmica y se relaciona en nuestro cuerpo físico con los riñones (la
cadera).
"En cuanto a vosotros, Oh cuchillos divinos de
los misterios clamando desde el fondo profundo de los siglos. Vosotros, los dos
brazos divinos -de la balanza, cósmica- que ilumináis y regocijáis el Universo
y conducís según los ritmos de las épocas, a jóvenes y viejos, ¡mirad! He aquí
que a Thoth, Señor de los Misterios procede a las libaciones ante el amo de los
millones de años y le abre el camino a través del firmamento".
La ley del karma, con sus dos brazos divinos:
misericordia y justicia, mantiene al firmamento en equilibrio y define los
destinos humanos.
"Yo haré circular la VERDAD-JUSTICIA en
la barca celeste de mi vida, estableciendo las Jerarquías divinas en mi
corazón, para millones de años, yo triunfare en medio de ellas".
La justicia
siempre llega ante el Señor de los Misterios, el Ser.
En el templo de Maat son
archivados todos y cada uno de los delitos cometidos en contra de los
mandamientos divinos: no matar, no mentir, no adulterar, no fornicar, no
robar…y la conciencia tiembla ante los cuchillos de la ley, pues sabe que no
solamente se paga karma por el mal que se hace, sino también por los delitos de
omisión, por el bien que se deja de hacer.
Es indispensable despertar la conciencia, porque el
karma debe pagarse inevitablemente, “el desconocimiento de la ley no excluye su
cumplimiento”. Toda acción tiene como repercusión el rumbo o desvío de la barca
de Kepra, el navío de nuestra propia vida.
Al despertar la conciencia, también
es posible aprender a manejar el cuerpo de Ka, el cuerpo astral del mundo de
los sueños, para visitar el templo de Maat, donde oficia el chacal de los chacales
Anubis, para consultar los libros y hacer negocios con la ley.
Enfermedades, situaciones agradables o
desagradables, circunstancias genéticas, fenotípicas y paratípicas, valores en
los cinco centros y hasta los mismos accidentes son resultado exacto de las
acciones del ser humano en pasadas y presentes encarnaciones. Violar la ley
desconocida y dar rienda suelta a las pasiones y deseos van agregando valores
por pagar en el platillo de la balanza hasta que el jerarca de la ley ordena
aplicar justicia.
Sin embargo, a diferencia de las escuelas pseudos esotéricas
y pseudos ocultistas, la doctrina gnóstica enseña que el karma no es una ley
fatalista, sino que es negociable a cambio de una conducta recta.
Quienes desconocen los principios de la ley, deben
pagar su karma con dolor y sufrimiento, pero quienes se adentran a la filosofía
gnóstica descubren que el karma es negociable, que se pueden solicitar créditos
a los señores del karma.
Todo crédito ha de pagarse trabajando en la Gran Obra de Padre o
sufriendo lo indecible.
El karma puede ser pagado haciendo obras buenas por
toneladas y también puede ser eliminado, cuando la Madre Divina así lo
determina por haber eliminado los agregados psicológicos causantes de esos
castigos a condición de la previa comprensión de esos defectos por parte del
adepto.
Anubis se encarga de revisar nuestras peticiones
junto con sus 42 jueces de la ley para conceder cualquier crédito, pago o
anulación de algún karma, por ello es necesario despertar conciencia en el
cuerpo de Ka (los sueños) para saber de estas negociaciones.
Nadie escapa de la
justicia, debido a que el fondo de nuestra conciencia existe el Kaom o policía
del karma, quien registra cabalmente cada una de las acciones, pensamientos y
sentimientos positivos y negativos; con todos esos registros se forman los
archivos de cada alma en el templo de Maat.
Para poder limpiar todos esos archivos de las 108
vidas, se requiere comprender y eliminar los agregados psicológicos que dieron
origen a esos registros. En el Egipto de los faraones, esto se representa en la
leyenda de Osiris (el Ser), quien es despedazado por Tiphón, (el agregado
psicológico). Isis (la
Madre Divina ) con gran paciencia y tenacidad se encarga de
encontrar las 14 piezas en que se dividió a Osiris para resucitarlo. El pedazo
número 14 fue el más difícil porque representa los elementos lujuriosos del ser
humano, las pasiones.
Cuando Osiris es restaurado completamente, entonces puede
presentarse victorioso en el templo de Maat y recitar la “Confesión negativa
del papiro de Nu”.
Es tarea de todo ser humano prepararse con afán
diariamente para enfrentar a los jueces de la ley, meditando, comprendiendo y
eliminando los agregados psicológicos para libertarse de los cuerpos de
pecado, vencer al destructor Dios Shu (personalidad inferior) y poder recitar
ante Isis, la bendita Diosa Madre del mundo y los 42 jueces de la ley, la
“Confesión negativa” del libro de los muertos:
"Tu nombre es: “EL SEÑOR DEL ORDEN DEL
UNIVERSO” cuyos ojos son las dos diosas hermanas. "He aquí que yo traigo
en mi corazón la VERDAD
y la JUSTICIA, pues he arrancado de él todo el mal". "No he
causado sufrimiento a los hombres. No he empleado la violencia, con mis
parientes". "No he sustituido la injusticia a la justicia. No he
frecuentado a los malos. No he cometido crímenes".
"No he hecho trabajar en mi provecho con
exceso. No he intrigado por ambición. No he maltratado a mis servidores. No he
blasfemado de los dioses". "No he privado al indigente de su
subsistencia".
"No he cometido actos execrados por los
dioses. No he permitido que un servidor fuese maltratado por su amo".
"No he hecho sufrir a otro. No he provocado el hambre. No he hecho llorar
a los hombres mis semejantes". "No he matado ni ordenado matar. No he
provocado enfermedades entre los hombres". "No he sustraído las
ofrendas de los templos. No he robado los panes de los dioses". No me he
apoderado de las ofrendas destinadas a los espíritus santificados. No he
cometido acciones vergonzosas en el recinto sacro-santo de los templos".
"No he disminuido la porción de las ofrendas. No he tratado de aumentar
mis dominios empleando medios ilícitos, ni de usurpar los campos de otro".
"No he manipulado los pesos de la balanza ni
su astil. No he quitado la leche de la boca del niño. No me he apoderado del
ganado en los prados". "No he cogido con lazo las aves destinadas a
los dioses. No he pescado peces con cadáveres de peces". "No he
obstruido las aguas cuando debían correr". "No he deshecho las presas
puestas al paso de las aguas corrientes. No he apagado la llama de un fuego que
debía arder".
"No he violado las reglas de las ofrendas de
carne. No me he apoderado del ganado perteneciente a los templos de los
dioses". "No he impedido a un dios el manifestarse: ¡Soy puro, soy
puro, soy puro!".
"He sido purificado como lo ha sido el gran
Fénix de Herakleópolis". "Pues yo soy el Señor de la respiración que
da vida a todos los iniciados el día solemne en que el Ojo de Horus, en
presencia del Señor divino de esta tierra culmina en Heliópolis",
"Puesto que he visto culminar en Heliópolis el Ojo de Horus, pueda no
sucederme ningún mal en esta región, ¡Oh dioses! ni en vuestra sala de la Verdad-Justicia. Pues
yo conozco el nombre de esos dioses que rodean a MAAT, la gran divinidad de la Verdad-Justicia ".
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